¿Qué pasaría si las marchas sociales se hacen en la sala de tu casa?

                          REVOLUCIÓN SOCIAL... DOMESTICA

El feminismo como cambio social y transformador, ha incursionado y nos a incrustado a las féminas en espacios de participación.

 Desde el derecho al voto, pasando por el derecho a estudiar, hasta el derecho a ir con calzado a las fábricas, se lo debemos a las diferentes luchas feministas.

Un punto de vista histórico, da cuenta de lo que las marchas y movimientos las han hecho mujeres en oposición a la dominación patriarcal. Hemos alcanzado la reivindicación de muchos derechos.
 Hoy podemos seguir marchando, votamos, alzamos nuestra voz; eso en la plaza pública, en el ámbito doméstico muy poco casi nada ha cambiado; si bien las marchas son bonitas porque nos ponen en contexto de cómo estamos y hasta donde hemos llegado como Movimiento Social, la dificultad para la comprensión y el reconocimiento de la violencia domestica continúa dándose a partir de la invisibilización y la naturalización.

El punto inicial y trasnversal a todas esas discriminaciones públicas y privadas que hemos padecido las mujeres a través de la historia se cuece sin duda en el ámbito doméstico, donde dicho sea de paso nos enseñan a malquerernos, donde nos domesticaron.
 Aparece aquí por tanto la palabra Domesticar, entendiendo esta como el proceso mediante el cual una población determinada de una especie adquiere y desarrolla comportamientos de soberanía sobre otros, comportamientos heredables por demás. Una especie de selección artificial por parte de la población domesticadora.
 En el contexto doméstico se cuecen las injusticias más grandes. Fue allí donde nos enseñaron a aplaudir el más leve movimiento de los hombres y a despreciar no solo nuestros cuerpos, también las emociones y el intelecto.
Es por ello por lo que mi propuesta es: La revolución del ámbito Doméstico, en tanto que es allí donde debemos desaprender lo aprendido.
Debemos diseñar intervenciones multidisciplinarias, que contribuyan a un análisis más profundo de este complejo problema. 
Intento analizar algunas cuestiones fundamentales:
 ¿Qué pasaría si las marchas sociales se hacen no en las plazas, si no en las salas de las casas? 
¿Qué vamos a hacer? 
¿Que estamos haciendo cómo fuerza, como Movimiento Social, para revertir los determinantes de la agresividad y la violencia doméstica, de los aprendidos roles familiares y de pareja?


El aporte de las distintas corrientes de pensamiento y los discursos no han cambiado la problemática interna, dado que todo parte de la domesticación que como raza hemos implementado. 
 ¿Y, es que a quien se le ocurre llamar ámbito doméstico al Hogar, al recinto sagrado donde debemos ser autocuidados y autocuidados, no domesticadas? 
 La síntesis de todo esto es articular un modelo que contempla la complejidad de este fenómeno, analizar los factores de riesgo para la violencia en el ámbito doméstico, discutir los factores causales y elaborar propuestas de solución que se describen como componentes de un programa integral de respuesta al problema.
 Concluyo que la primera revolución debe de ser cambiar el nombre y su connotación psicológica y social. De Doméstico a lugar de Autocuidados.

Con amor: Elena L.

Entradas populares