Perfiles: Vitalia Marìa Ruiz


"En ese tiempo del fenómeno del niño, el país estaba en una sequedad horrible, yo no tomaba ni una gota de agua, porque tenía que gastarme mil pesos, era gastarme un adobe, y no podía darme eso lujos”. 

Mi nombre es Vítalia María Ruiz Muñoz, soy de una  de las dos familias Ruiz, originarias del corregimiento de San Cristóbal. Me gusta la música, toda, la romántica, la bailable, de todo un poquito.


Vivíamos por el Cristo del Pajonal, allá, por la vía al mar, exactamente donde hoy está el puente azul, allí quedaba nuestra casa. Era una casita muy pobre, con muchas limitaciones. muchas necesidades.


Soy la sexta de 7 hijos, (la iglesia católica, decía que era pecado planificar) fuimos en total cuatro mujeres y  tres hombres. 

Vengo de una familia con una mamá muy esforzada, muy trabajadora, realmente por ella somos los que somos. 

Mi papá es discapacitado y  mi mamá trabajaba lavando y  planchando ropas ajenas, para podernos sacar adelante y darnos estudio. Mi papá trabajaba sacando material de playa en la quebrada La Iguana, eso cuando no estaba enfermo. Entonces prácticamente dependíamos de mi mamá.

¡Yo sí le agradezco mucho a esa señora!  Llegar  cansada de trabajar en otras casas, a seguir cocinando, lavando y planchando en la nuestra; Y todos pidiendo  un cuaderno,un lápiz y ella prácticamente sola, porque mi papá era poco lo que aportaba.


Recuerdo que, el transporte en San Cristóbal para la vereda Travesías era en chiva.


Mi abuela  se iba en la chiva para el centro de Medellín, a comprar retazos para hacernos vestidos a los nietos y nietas. Salíamos a recogerla  en las tardes y ayudarle a bajar los bultos llenos de "retacitos". Es que  a las mamás y a las abuelas de esa época les tocó muy duro.


Cuando mi mamá era niña,  Ella nos contó que le gustaba mucho estudiar, pero solo estudió medio año de primero elemental, porque la retiraron de la escuela, para que ayudara en las labores de la casa. Ella era la hija  mayor y tenía que hacer la comida para los trabajadores. Eran los tiempos de cocinar en leña. Cuenta que se casó, enamorada sí, pero  más que todo para que la sacaran de la finca y no tener que cocinar más con leña. Y es tan de malas, que  se vinieron para el pueblo y como  no tenían fogón, le tocó un buen tiempo seguir cocinando en leña.



Estudiábamos en el Liceo San Cristobal, fui una muy buena estudiante, estudié  becada todo el bachillerato,  eso era un aporte para mi mamá, un gasto menos.  Eran los tiempos en que había que pagar matrículas y mensualidades. No como ahora que todo es gratis y el que no estudia es porque sencillamente no quiere.

Terminé el bachillerato y ¿qué pasó? 

No había plata para seguir estudiando. Busqué  el recurso en muchos lados,estudiar en el Sena por ejemplo era una opción, pero  no había plata para pasajes. Mis hermanos cada uno por su lado tratando de surgir.  

Me sentía sola y triste, buscando por todos lados una salida. La vida era difícil  para todos y, dos de mis hermanos se fueron a trabajar a Montería, como mayordomos de una  finca.

 Córdoba, para aquella época estaba dominada por la guerrilla. Un día llegaron a pedir un ganado a la finca y uno de mis hermanos se negó a entregarlo,  allí  la guerrilla lo mató delante del otro hermano menor. Eso fue muy doloroso para mi mamá, él era muy joven, solo tenía 22 años.

Un hijo es tan grande y tan sagrado, que deberíamos darle lo mejor, cuando estemos capacitadas para hacerlo, antes No.


A veces tomamos decisiones equivocadas no porque seamos malas personas, sino porque así es la vida y toca decidir. Yo era  una jovencita insegura, tímida, y se me acercó un hombre mayor.  De repente vi en él,  lo que no encontraba en mi papá, o  en mis hermanos. Todos esos vacíos, todas las limitaciones y mi mamá luchando sola. De todo eso digamos que quedó algo bueno y fue un hijo. 

Hoy seguimos juntos después de 30 años. Digamos que somos felices, pero los dolores para llegar hasta aquí bien pude habermelos ahorrado. Estudiando por ejemplo. 

El consejo que yo hoy le daría a muchas  jóvenes hoy es: estudien, un hijo puede esperar. La maternidad es un asunto muy serio. Porque una tan niña ¿que le va a ofrecer a un hijo? Tristezas, angustias, inseguridades. Eso fue lo que le pude ofrecer a mi hijo.




!Bueno es la vida!

Yo estaba totalmente enamorada y  él totalmente confundido, allí se partió mi vida en dos. Mis papás estuvieron muy molestos conmigo. Mi mamá no se sentía cómoda con mi situación, luego entendió que como seres humanos vivimos un montón de experiencias a veces buenas, otras no tanto.  Me fui a vivir a Caldas, allá nació mi hijo. 


Ser artesana.

A mí me cuentan una linda historia que dice: mi abuela paterna era quien hacía los santos para la iglesia católica de acá del corregimiento San Cristóbal, Ella era una artista, trabajaba el barro. Mi papá es  artista también, hace casitas y muñecos de barro. Pienso que mi lado artístico es de "vena”, tengo como por ahí esa esencia. Yo recuerdo que detrás de mi casa había una montaña de barro amarillo(arcilla) y allí me iba cuando era niña con mi papá a hacer figuras de barro. 


Pero esa artista no salió, sino hasta que la necesidad  me puso de cara a la vida.

Hubo gente en el camino que me ayudó. Cuando era  adolescente trabajé en un taller de artesanías, Allí hacíamos "chivas". El dueño del taller era un escultor, él me enseñó mucho del arte. 

Luego cualquier día caminando por ahí vi un búho hecho con guasca, me fui a mi casa y lo hice; hice muchos en esa soledad viviendo en Caldas. 

Era mi oportunidad de tener una entrada económica, de tener un peso en mi bolsillo, no depender económicamente de mi esposo.


Recuerdo que un día, vendiendo mis artesanías, me encontré un vendedor de paletas que me dijo: váyase al bazar de  San Alejo en el parque Bolívar, esos búhos se venderían allí. Me animé y  tramite los permisos.


En san Alejo Inicie vendiendo búhos en plumas y guasca. Y fui rotando, trabaje Porcelanicron, latas y  botellas decoradas , infinidad de cosas.


Después de 6 años de vivir en Caldas, regrese a  San Cristóbal




A construir  mi casa en la vereda Travesías, donde mi  mamá  me adjudicó  un pedacito de tierra. Hicimos dos cuartos pequeños, y nos fuimos a vivir allí.



Ante la necesidad de tener un lugar adecuado para vivir, empecé a meterle toda la ficha a las artesanías. 

No faltaba al bazar  de San Alejo, en esa época lo que llevaba  lo vendía, y a muy buen precio.


Llegaba a mi casa con dolor de cabeza, cansada, porque no me tomaba ni una gaseosa. En ese tiempo del fenómeno del niño, el país estaba en una sequía terrible, yo no tomaba ni una gota de agua, porque tenía que gastarme mil pesos, era gastarme un adobe, y no podía darme eso "lujos”. Al  día siguiente,madrugaba y compraba cien adobes (ladrillos), dos bultos de cemento y buscaba al albañil que  los pegara. 

Hoy puedo decir que el ochenta por ciento de mi casa, está hecha a punta de artesanías, y de eso me siento muy orgullosa.



Mi casa no es una mansión pero es mi casa, 

Allí vivo y soy feliz. Tiene puertas, ventanas, tengo un techo y es mi palacio, el que yo ayudé a construir. Allí tengo además mi taller para trabajar.

Iba a San Alejo el último sábado de cada  mes. El resto del mes disminuía costos para poder trabajar las artesanías; que la tapita, que el frasquito, el papelito. No sabía que estaba reciclando. Es más, ni siquiera sabía el significado de esa palabra. Hasta  hace más o menos 10 años que empezó el boom del reciclaje. Entendí entonces, que eso era lo que   hacía a diario. Que yo estaba ayudando al corregimiento en su parte del cuidado medio ambiental y sostenibilidad.



Nace  Artesanías Boreal, como mi Taller de artesanías, hechas a partir del reciclaje.


Me vinculé a la mesa ambiental, pertenecí al CAM (consejo ambiental municipal), 

Yo representaba  a los cinco corregimientos a nivel ambiental. 

Allí nunca tuvo eco lo que se hablara. Por ejemplo las dificultades  del  transporte en San Sebastian de Palmitas,  los inconvenientes del parque Arví para Santa Elena, que se volvió un problema para los nativos. Eso era llover sobre mojado, se hablaba y se hablaba y quedaba en las actas pero de allí no pasaba. Llego el momento que me desanime tanto que hasta el taller fue perdiendo importancia para mí. 


Con el gobierno todo desanima.


Es de risa una normatividad, donde se le dice al ciudadano: le vamos hacer un comparendo ambiental por arrojar un papel al piso, pero nunca lo educaron para no hacerlo. Donde te obligan  a separar en la fuente, pero nunca están los carros recolectores de dicha separación y ponen al pueblo a hacer cosas para las que no está preparado. Para mí es un chiste malo del gobierno.


¿En mi taller que hago?



Trabajo con PET, Vidrio, Cartón CDS, Residuos de madera. con todo lo que te puedas imaginar, todo es reutilizable para mí.




"En ese tiempo del fenómeno del niño, el país estaba en una sequedad horrible, yo no tomaba ni una gota de agua, porque era que gastarme mil pesos, era gastarme un adobe, y no podía darme eso lujos”. 

Mi nombre es Vítalia María Ruiz Muñoz, soy de una  de las dos familias Ruiz, originarias del corregimiento de San Cristóbal. Me gusta la música, toda, la romántica, la bailable, de todo un poquito.

Vivíamos por el Cristo del Pajonal, allá, por la vía al mar,exactamente donde hoy está el puente azul, allí quedaba nuestra casa. Era una casita muy pobre, con muchas limitaciones. muchas necesidades.

Soy la sexta de 7 hijos, ( muchos, la iglesia católica, decía que era pecado planificar) fuimos en total cuatro mujeres y  tres hombres. 
Vengo de una familia con una mamá muy esforzada, muy trabajadora, realmente por ella estamos hoy aquí todos. Por ella somos los que somos. 
Mi papá es discapacitado y  mi mamá trabajaba lavandoy  aplanchando ropas ajenas, para podernos sacar adelante y darnos estudio. Mi papá trabajaba sacando material de playa en la quebrada La Iguana, eso cuando no estaba enfermo. Entonces prácticamente dependíamos de mi mamá.
Yo si le agradezco mucho a esa señora! llegar  cansada de trabajar en otras casas, a seguir cocinando, lavando y aplanchando en la nuestra; Y todos pidiendo  un cuaderno,un lápiz y ella prácticamente sola, porque mi papá era poco lo que aportaba.

Recuerdo que, el transporte en San Cristóbal para la vereda Travesías era en chiva.

Mi abuela  se iba en la chiva para el centro de Medellín, a comprar retazos para hacernos vestidos a los nietos y nietas. Nosotros salíamos recogerla y ayudarle a bajar los bultos llenos de "retacitos". Es que  a las mamás y a las abuelas de esa época les toco muy duro.
Cuando mi mamá era niña por ejemplo, Nos cuentan que  a ella le gustaba mucho estudiar, pero solo estudio medio año de primero elemental, porque la retiraron de la escuela, para que ayudara en las labores de la casa. Ella era la hija  mayor y tenía que hacer la comida para los trabajadores. Eran los tiempos de cocinar en leña. Cuenta que se casó, enamorada si, pero  más que todo para que la sacaran de la finca y no tener que cocinar más con leña. Y es tan de malas, que  se vinieron para el pueblo y como  no tenían fogón, le toco un buen tiempo seguir cocinando en leña.



Estudiábamos en el Liceo San Cristobal, fui una muy buena estudiante, estudie becada todo el bachillerato,  eso era un aporte para mi mamá, un gasto menos.  Eran los tiempos que había que pagar matriculas y mensualidades. No como ahora que todo es gratis y el que no estudie es porque sencillamente no quiere.

Termine el bachillerato y ¿qué paso? 

No había plata para seguir estudiando. Busque  el recurso en muchos lados,estudiar en el Sena por ejemplo era una opción, pero  no había plata para pasajes. Mis hermanos cada uno por su lado tratando de surgir.  Yo me sentía sola y triste, buscando por todos lados una salida.


La vida era dificil  para todos y, dos de mis hermanos se fueron a trabajar a Monteria, como mayordomos de una  finca; Cordoba, para aquella época estaba dominada por la guerrilla. Un día llegaron a pedir un ganado a la finca y uno de mis hermanos se negó a entregarlo,  allí  la guerrilla lo mato delante del otro hermano menor. Eso fue muy doloroso para mi mamá, él estaba muy joven, solo tenía 22 años.

Un hijo es tan grande y tan sagrado, que deberíamos darle lo mejor, cuando estemos capacitadas para hacerlo, antes No.

A veces tomamos decisiones equivocadas no porque seamos malas personas, sino porque así es la vida y toca decidir. Yo era  una jovencita insegura, tímida, y se me acerco un hombre mayor.  De repente vi en él,  lo que no encontraba en mi papá, o  en mis hermanos. Todos eso vacíos, todas las limitaciones y mi mamá luchado sola. De todo eso digamos que quedo algo bueno y fue un hijo. 
Hoy seguimos juntos despues de 30 años. Digamos que somos felices, pero los dolores para llegar hasta aquí bien pude habermelos ahorrado. Estudiando por ejemplo. 


El consejo que yo hoy le daría muchas jóvenes hoy es: estudien, un hijo puede esperar. La maternidad es un asunto muy serio. Porque una tan niña ¿que le va a ofrecer a un hijo? Tristezas, angustias, inseguridades. Eso fue lo que le pude ofrecer a mi hijo.





!Bueno es la vida!

Yo estaba totalmente enamorada y  él totalmente confundido, allí se partió mi vida en dos. Mis papás estuvieron muy molestos conmigo. Mi mamá no se sentía cómoda con mi situación, luego entendido, que como seres humanos vivimos un montón de experiencias a veces buenas, otras no tanto.  Me fui a vivir a Caldas, allá nació mi hijo. 


Ser artesana.

A mí me cuentan una linda historia que dice: mi abuela paterna era quien hacia los santos para la iglesia católica de acá del corregimiento San Cristóbal, Ella era una artista, trabajaba el barro.
Mi papá es  artista también, hace casitas y muñecos de barro. Pienso que mi lado artístico es de "vena”, tengo como por ahí esa esencia. Yo recuerdo que detrás de mi casa había una montaña de barro amarillo(arcilla) y allí me iba cuando era niña con mi papá a hacer figuras de barro. 

Pero esa artista no salió, sino hasta que la necesidad  me puso de cara a la vida.

Hubo gente en el camino que me ayudo, cuando era  adolescente, trabaje en un taller de artesanías, Allí hacíamos "chivas". El dueño del taller era un escultor, él me enseño mucho del arte. 
Luego un día caminando por ahi vi un búho hecho con guasca, me fui a mi casa y lo hice; hice muchos en esa soledad vivendo en Caldas. 
Era mi oportunidad de tener una entrada económica, de tener un peso en mi bolsillo, no depender económicamente de mi esposo.

Recuerdo que un día, vendiendo mis artesanias, me encontré un vendedor de paletas que me dijo: vayase al bazar de  San Alejo en el parque Bolivar, esos buhos se venderían allí. Me animé y  tramite los permisos.

En san Alejo Inicie vendiendo búhos en plumas y guasca. Y fui rotando, trabaje Porcelanicrom, latas y  botellas decoradas , infinidad de cosas.

Después de 6 años de vivir en Caldas, regrese a  San Cristóbal



A construir  mi casa en la vereda Travesias, donde mi  mamá  me adjudicó  un pedacito de tierra. Hicimos dos cuartos pequeños, y nos fuimos a vivir allí.


Ante la necesidad de tener un lugar adecuado para vivir, empecé a meterle toda la ficha a las artesanías. 
No faltaba al bazar  de San Alejo, en esa época lo que llevaba  lo vendía, y a muy buen precio.

Llegaba a mi casa con dolor de cabeza, cansada, porque no me tomaba ni una gaseosa. En ese tiempo del fenómeno del niño, el país estaba en unas sequedad horrible, yo no tomaba ni una gota de agua, porque era que gastarme mil pesos, era gastarme un adobe, y no podía darme eso "lujos”. Al  día siguiente,madrugaba y compraba cien adobes (ladrillos), dos bultos de cemento y buscaba al albañil que  los pegara. 
Hoy puedo decir que el ochenta por ciento de mi casa, está hecha a punta de artesanías, y de eso me siento muy orgullosa.



Mi casa no es una mansión pero es mi casa, 
Allí vivo y soy feliz. Tiene puertas, ventanas, tengo un techo y es mi palacio, el que yo ayude a construir. Allí tengo además mi taller para trabajar.
Iba a San Alejo el último sabado de cada  mes. El resto del mes disminuía costos para poder trabajar las artesanías; que la tapita, que el frasquito, el papelito. No sabía que estaba reciclando. Es más ni siquiera sabia el significado de esa palabra. Hasta  hace más o menos 10 años que empezó el boom del reciclaje. Entendí entonces, que eso era lo que   hacía a diario. Que yo estaba ayudando al corregimiento en su parte del cuidado medio ambiental y sostenibilidad.


Nace  Artesanias Boreal, como mi Taller de artesanias, hechas a partir del reciclaje.

Me vinculé a la mesa ambiental, pertenecí al CAM (consejo ambiental municipal), 
Yo representaba  a los cinco corregimientos a nivel ambiental. 
Allí nunca tuvo eco lo que se hablara. Por ejemplo las dificultades  del  transporte en San Sebastian de Palmitas,  los inconvenientes del parque Arvi para Santa Elena, que se volvió un problema para los nativos. Eso era llover sobre mojado, se hablaba y se hablaba y quedaba en las actas pero de allí no pasaba. Llego el momento que me desanime tanto que hasta el taller fue perdiendo importancia para mí. 

Con el gobierno todo desanima.

Es de risa una normatividad, donde se le dice al ciudadano: le vamos hacer un comparendo ambiental por arrojar un papel al piso, pero nunca lo educaron para no hacerlo. Donde te obligan  a separar en la fuente, pero nunca están los carros recolectores de dicha separación y ponen al pueblo a hacer cosas para las que no está preparado. Para mí es un chiste malo del gobierno.

¿En mi taller que hago?


Trabajo con PET, Vidrio, Cartón CDS, Residuos de madera. con toda lo que te puedas imaginar, todo es reutilizable para mí.



 

Todo lo que te imagines se puede hace con residuos sólidos,  el  residuo orgánico también lo aprovecho en el jardín de mi casa.

He querido enseñar el reciclaje, las artesanías, pero no cobrar, porque para mí es el gobierno quien debe pagar la educación y el aprendizaje, no el pueblo.


! Y ahora por fin la universidad!
Yo  dije que cuando terminara con mi hijo su proceso educativo, me iba a dedicar a mí, a hacer lo que me gusta, y a mí lo que me ha gustado siempre es estudiar. Más que tener cosas o dinero.

Llegó al corregimiento la oportunidad de estudiar y me matriculé  en:  Técnica en Dibujo Arquitectónico; con la ilusión de ayudar a mi comunidad, haciéndoles los planos para que puedan legalizar sus viviendas.

Es posible que logre alcanzar lo que sueño. 
Lo que si es seguro, es que ahora la vida se ha tornado más tranquila, ya no hay necesidades puntuales que resolver. Ahora soy para mi, para lo que siempre soñe.
Yo concluyo de la vida, que fue eso: vida. Que podemos cometer errores, pero seguimos siendo seres humanos. Es más, los errores nos hacen humanos.


!Pienso que no deberíamos complicarnos tanto la vida, igual vamos a llegar  donde deberíamos llegar!




Un poquito más acá del puente azul, cruzando el recien restaurado puente colgante, debajo de los inesistentes bigotes del gato... Bueno, digamos un tanto más adentro, casi en el sofá del "living room". Alli, encuentro a nuestra invitada de esta semana. 


Este es el resultado de mi palabreo con Vitalia Maria, en el parque Biblioteca Fernado Botero, del Corregimiento de San Cristóbal.
Gracias valiente mujer, por  descubrirnos tu alma.

Con amor: Elena L

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