PERFILES /Viviana Serna


"A mi cualquier superación que se de en la vida me parece maravillosa, porque es un reto la vida, desde respirar, hasta crear."
                                  
                                                                    "¿Qué es peligroso? ¡Vivir es peligroso!"




 Me llamo Viviana Serna, soy Artista y vivo en El Carme de Viboral.
Ya desde pequeña mostré mi lado rebelde y crítico, recuerdo que mi mamá no quería dejarme ir a un paseo, tenía entonces nueve años y le escribí una carta donde le decía que si le parecía más peligroso dejarme ir a un paseo a disfrutar del sol, del agua, que quedarme en la casa y levantarme enojada enredarme en la cobija y darme un golpe y quedar muerta y ella tener mucha culpa por no dejarme ir al paseo. Mi mamá con esa carta, entendió que yo era un espíritu libre y decidió nunca amarrarme, es mejor dejarlos que vivan, decía ella.

Nací en Bucaramanga. Nosotros fuimos una familia nómada, porque mi papá era ferroviario, Los primeros años de casados mis padres vivieron en los pueblitos aledaños a la vía del tren. Hasta que ya compraron casa en Puerto Berrio y allí se instalaron, y allí nacieron los hijos mayores. Cuatro mujeres y dos hombres gemelos.

Soy la séptima de ocho hijos, fuimos cinco mujeres y tres hombres, cuando nacimos los dos menores, nos tocó la época “súper play” de la familia, todas las comodidades, ya la familia estaba grande, ya se contaba con una mejor economía, ya había zapatos para todos. 

                                                                              Pilar. álbum familiar. acrílico sobre mdf. 50 x 50.2013.
Hay una foto muy particular de la familia y mi papá que es muy lindo, siempre nos la muestra y nos dice: ¡miren de dónde venimos! ¡y allí están mis  hermanas y una tía que es muy contemporánea de mi hermana mayor, y todas están con los zapatos pelados, una de ellas con la correa de un zapato reventada, de ahí venimos!  tocaba zapato pelado y reventado.
Claro que a mí nunca me tocó un zapato pelado, porque yo llegué en la época “play” de la familia.

De Puerto Berrio emigramos a Bucaramanga; Viviendo allí, ya la vida era diferente, había más solvencia económica. Pero una de las niñas se enfermó y en la región no había posibilidades médicas y tocó trasladarnos a Medellín a la casa de mi abuela, mi mamá, vendió la casa y compramos una casa en Castilla, para estar cerca de las posibilidades médicas para Pilar (así se llamaba la niña). y entonces Pilar nos trajo a Medellín.

Mi papá, le instalo ruedas a una silla de la sala y, Pilar ya tenía silla de ruedas. Murió cuando tenía 13 años, Y la velamos en la sala de la casa, allí vivimos 17 años y allí velamos varios muertos.

Pese a que mi papá y mi mamá eran muy responsables y protectores, fuimos hijos muy independientes, mi papá se jubiló del Ferrocarril y monto una tienda en Castilla, y allí trabajaban los dos, nosotros permanecíamos solos la mayor parte del tiempo, esta situación nos hizo responsables, porque recuerdo que a los siete años nos daban llaves de la casa.
La 68 es la principal de Castilla, nosotros vivíamos entre las calles 72 y 73. Allí crecimos.

A mediados de los  años 80, tenían los gemelos 17 años y uno de ellos murió atropellado por un carro, eso fue un golpe muy duro, que desarticulo la familia, yo tenía 11 años y estaba empezando mi bachillerato y me pegue una “desvirulada” andando la seca y la meca con muchachitas de mal proceder, mi hermana la mayor se casó, la otra se divorció, todo eso sucedió en el ochenta y siete, y fue mi época de "pilla", de ir a fiestas y como tenía llaves y mi mamá estaba llorando entonces llegaba a la hora que me daba la gana.
Con la ayuda de un bio-energético mi mamá se paró de la cama y retomo las riendas de la casa y de nuevo fui la niña juiciosa. La que no perdía materias.
Igual después de la muerte de mi hermano la vida en el hogar cambió.

Mi hermana mayor fue mi guía en la adolescencia, fue quien me indico como debía de cuidarme, no solo para no quedar embarazada, sino para que no me transmitieran una enfermedad.
Fue una adolescencia de mucha soledad y rebeldía, lo único que yo quería era bailar y bailar.Todavía me disfruto mucho el baile.

Yo le agradezco mucho a mi hermana mayor, que fue conmigo muy generosa y siempre conté con su apoyo, También le agradezco a su esposo que nos adoptó, a mi hermano Jorge y a mí intelectualmente, nos inició en la buena lectura. ¡A ellos dos, les debemos nuestra recuperación en Castilla, porque en la época que nosotros crecimos, en Castilla las opciones para los jóvenes eran ser sicario o ser “grilla” (puta), no había más opciones!
La lectura nos puso en otra mirada, en otra concepción de la vida, conocí a Andrés Caicedo, a Gabriel García Márquez, a Dostoievski, a Miller. Leía de todo!

Mis búsquedas diferentes fueron gracias a la literatura, nos confrontaba ese asunto de los otros universos que uno encuentra en ella.
Fueron esas búsquedas distintas, que mi hermana y su esposo nos plantearon. Las que nos salvaron.

Era “ley mortis” en el barrio que nadie iba a la universidad, pero en mi casa la ley era, que todos íbamos a la universidad, y me presente al politécnico a estudiar educación física, por descarte, y me enamore de mi carrera.
Yo me fui de mi casa a los 18 años, cédula en mano y me mando sola. me fui a trabajar a Bogotá.

A los diecinueve años siendo educadora física, me fui a trabajar a Cali y mis estudiantes todos de cuatro años, eran hermanos mayores hasta de dos hermanitos y las mamás muy jóvenes, la mayor tenía 24 años, entonces yo súper preocupada, con unos amigos hicimos una brigada, para convencerlas de la importancia de ser ellas y no estar el resto de vida preocupadas por el pañal sucio y el biberón vinagre. Les conté a los hombres la importancia de dejar de concebir y dedicarse a ellas, y me alié a la causa y me hice operar con ellas, para contribuir al planeta, al amor a la causa de que las mujeres fueran autónomas. De las cosas lindas que yo he hecho en mi vida, fue convencer a ese grupo de mujeres para que pensaran en ellas, que no tuvieran más hijos, que se dedicaran a cuidarse y a estudiar.

                                                                                                                                    quisiera que mi casa nadara en rosas
Ese asunto tan cultural de la maternidad, me parece muy “voltajudo”, todo lo que he tenido que soportar por la decisión de no ser mamá, me ha parecido muy particular ese hecho, tener hijos y luego quedar sola y la responsabilidad con la sociedad, y todo lo demás, yo prefiero estar sola por decisión y no porque me abandonaron He sido demasiado libre y por eso decidí no tener hijos.

Autoretrato
Desde muy joven siempre tenía una cámara en mis manos y tomaba fotos de los encuentros y las regalaba a los amigos. 

Recuerdo que en Bogotá había una calle de sólo almacenes de fotografía, allá compraba las películas y revelaba las hojas de contacto, ampliaba las que me gustaban. 

La mamá de mi compañero, con el que vivía en Bogotá, vino de estados Unidos a visitarnos, y yo la lleve a conocer a Bogotá  y de paso conocí yo también! ¡Ella me regalo mi primera cámara digital, Yo en 1998 con una cámara digital! ¡Oh por Dios!









En el año 1999 me fui a trabajar a los Llanos Orientales y en el año 2000, conocí a Raúl y ahí ya me cambio la vida, ahí, ya me quedo la rebeldía en las suelas de las botas, como dice la canción.

Conocí a Raúl Restrepo, después de haberme separado de mi anterior pareja. Y me di cuenta que era muy reconocido como artista, A mí la gente que tiene la sensibilidad artística me atrapa.
Empecé siendo la que le cargaba los pinceles, le preparaba los lienzos, arreglaba el taller, preparaba el bodegón, el caballete, era la ayudante. Me sentía extraña porque no era  el trabajo con contrato y todo eso como en los colegios. Pero era el  trabajo que me apasionaba.


Un día caminando por la calle Argentina, con Raúl, vimos una casa y nos enamoramos de ella, y la arrendamos, allí empezó toda la aventura, A vivir del arte, y me empareje con él y fue como enamorarme de mi mejor amigo. Allí empezamos talleres de pintura y teníamos alumnos.
Allí también aprendí mucho de humildad, las primeras veces que nos quedábamos sin nada, literal sin nada. Yo me ponía a llorar, y me preguntaba: ¿yo estoy Loca?  yo que estoy haciendo? yo pudiendo trabajar en otra cosa. ¿A mí que me pasa?
Y bueno viviendo con Raúl en esa casa del centro, los mismos alumnos que vivían en oriente, nos plantearon venirnos para el oriente y nos vinimos para Llano grande. Luego después de ocho años  buscando el espacio, acá en el Carmen. en octubre del 2009 llegamos por fin! y Raúl abrió una exposición en la casa de la cultura. y empezamos a ser reconocidos en el pueblo como artistas.

Yo con Raúl todo el tiempo fui su ayudante. Todo el tiempo estuve observando, en silencio y jamás me imagine que observando se aprende a pintar.

                                                                        evelineses -boceto- acuarela sobre papel-5 x 7 cm-2012
Luego conseguí una libreta y empecé a ser dibujos, !muchos dibujos!

Como en el 2007 me cogió una depresión y ya no quería ser más ama de casa, quería hacer algo diferente y lo único que me atrapaba era el arte y bueno era regresar a la universidad después de tantos años y me prepare, estudie dos meses, y me presente a la universidad de Antioquia, pase y entre a Artes ya grande y fue una experiencia muy bonita, porque ingresar a la Universidad siendo grande es mágico tú ya sabes a que vas. Claro que me encontré con asuntos malucos, como personalizarte con un profesor. Y decidí relajarme y sollarme las clases y ser.

Yo entre a artes ya grande. Por Raúl, el despertó esa artista que llevaba dentro. Entonces cuando entre a artes, a todo el que yo le contaba, que me hubiera conocido en alguna época de mi vida, que estaba estudiando artes, me decía: ¿ al fin?  Y yo no sabía que todos mis conocidos me veían como una artista. Menos yo.

La gente me identificaba con el arte desde la fotografía, yo tenía la sensibilidad.
 Y bueno un día el profesor de pintura me dijo tengo un proyecto de un mural y necesito gente como vos y yo de una le dije ¿y cuánto me va a pagar?  ¿Y él me dijo y es que usted cobra? ¿Primer semestre y ya cobra?, claro que debía cobrar, yo llevaba diez años viviendo del arte- Ahí arranco mi carrera como muralista y me nombraron directora del equipo, fue bonito, porque era  aprender de todos.


El primer mural fue en Santa Cruz la Rosa en la Casa Amarilla, Sede - Corporación Cultural  Nuestra  Gente, hicimos un curso de mosaico, les enseñamos a los abuelos y a los niños, y al final terminamos todos haciendo el mural, de allí en adelante, seguimos haciendo murales por todo Medellín, Hemos hecho En el 2008, siete muros en el popular; dos mosaicos y los demás en pintura, fue una experiencia muy bonita porque allí , el interactuar con la comunidad se hacía de manera más directa, te abrían las puertas de su casa.
Luego hicimos el mural  En san Javier y se llamó “Tendiendo  la paz”, al  frente de la  biblioteca del salado en el año 2013.


El último mural que hicimos, fue el de Miraflores, estación del tranvía.  El cual es una apología a la evolución del transporte local. Hicimos la pre producción en una terraza en Castilla tres meses, y luego en un mes lo montamos.

¡Otro muy bonito fue el de la aurora en el 2008, fue una experiencia genial!  mi trabajo en un proyecto de mosaico es la producción y atender a todos los artistas. ¡Yo soy como una mamá, los cuido, los concienciento,es un ritmo de trabajo tan violento, de tres meses dándole duro, es difícil! Es un trabajo agotador, toca ser un albañil artista.

Me gradué en Artes en el año 2014, y empecé a dar clases en la “U” acá en el Carmen de Víboral, en 2015
A mi cualquier superación que se de en la vida me parece maravillosa, porque la vida es un reto desde respirar, hasta crear.
 El arte tiene de hermoso que te abre puertas, enseñar arte me encanta, ahora que enseño una técnica en el arte sé que le estoy dando herramientas a la gente. En la "U" soy docente en el área de gráfica, en  grabado uno, grabado dos y serigrafía. A mí me encanta pintar y la serigrafía, pero el grabado me atrapa.
 Y termine enseñando grabado.
¡Yo me maravillo de que todos estos jóvenes que crecieron cuidando vacas en el campo, quieran ser artistas, ¿de dónde se les sale la vena artística?! es como un milagro de Dios!
¿Que se perdió intentando crear?  ¡Nada, dos horas y papel, más se pierde si se meten a las drogas!, les digo a mis estudiantes, y así es como yo les enseño, y ellos se apasionan y yo me apasiono con ellos, por algo mis grupos son los más numerosos.

Este año termine el segundo semestre de la maestría en arte, han sido días muy duros, con todas las obligaciones, pase el año  “dejando los pelos en el alambrado” como decían las mamás.

    La historia con los perros.




¡Primero encontramos “la Sulamita” en el 2009, 
luego nos tiraron a 
“¡Candelaria” en una bolsa, en mayo el carro del gas botó una perrita, y la vimos tan indefensa y maltratada, que no tuvimos corazón para rechazarla, después aparecieron todos los demás sin darnos cuenta, se nos pegaban en las caminadas, ahora son siete perras y tres perros, todos los días los paseo ocho kilómetros, yo le agradezco mi figura a los perros!










¡Yo no quería ni hijos, ni perritos, nada, nunca pensé tener perros en mi vida, nunca quise compromisos, pero llegaron los perros!,


Y aquí estoy cumpliendo mi labor, la paseada es lo más lindo que hay, me hace parar, me hace hacer ejercicio, no dejo de sacarlos un solo día a caminar, salgo con una manada y me devuelvo por otra manada. ¡Y ejercitarme en la fuerza para pasear siete perros de una, es todo un reto!  De ellos aprendí la lealtad, la disciplina y la voluntad.





Me han cambiado mucho la vida. ¡Tengo mis días de estrés y de tristeza, pero la mayoría son de alegría, de gratitud por todo lo que me ha dado la vida, si la muerte me sorprendiera hoy, le diría: 

¡tranquila bien pueda, haga su trabajo, que yo he sido más que feliz!



                                        







    ¡Me la he sollado de principio a fin!




Este es el resultado de mi palabreo con Viviana, en El carmen de Viboral, bajo la primera  luna nueva de enero, al calor de dos tintos y ocho cigarros.
con amor: Elena L.

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