Elizabeth Pineda

Lo primero que hay que eliminar es la crueldad de nuestras palabras hacia nuestro ser, 

Hoy día internacional de la eliminación de la violencia a la mujer, quiero compartir un pensamiento y mi reflexión acerca de este tema después de haber vivido una experiencia y una relación de violencia física y emocional hace unos años y de cuyo fruto nació mi hijo Angel.


Lo primero que hay que eliminar es el desprecio hacia nosotras mismas como mujeres, recociendo que somos dignas de ser amadas, respetadas y valoradas como somos.
Lo primero que hay que eliminar es los comentarios y pensamientos donde no nos tratamos con amor a nosotras mismas, donde nos paramos al espejo y nos observamos con desprecio, desvalorando lo que vemos, en vez de agradecerle a nuestro cuerpo lo útil y maravilloso que es. 

Donde abrazamos nuestro pecho con senos no perfectos para el ojo morboso, ya con efectos de la gravedad y de la lactancia materna. Donde caen y se abren naturalmente para darle paso al corazón para que se expanda y pueda dar mas amor cada día.


Acariciar nuestro vientre con unos kilitos de más y nuestras estrías como resultado de la creación de un ser, las cicatrices de la valentía y lineas de la fortaleza de una tigresa que se dio el derecho de dar vida.

Lo primero que hay que eliminar son los ataques de menosprecio entre nosotras las mujeres. 


Cada una hace lo mejor que puede por verse hermosa hacia afuera, luchando con una imagen vendida por la cultura del estereotipo de mujer perfecta.
Lo primero que hay que eliminar es la crueldad de nuestras palabras hacia nuestro ser, esas que le quitan valor a lo que hacemos y que hacen pequeñas las grandes labores de cuidar a los niños, de cuidar la casa, de arreglar la ropa, de cocinar para la familia... 
Pequeñas labores que son gigantes porque sostienen el orden y la belleza de lo cotidiano. Que no hacen a ninguna mujer menos valiosa que la empresaria o la artista exitosa o la estudiante aplicada y muchas otras.


Lo primero que hay que eliminar es el negar que somos poderosas porque sabemos amar, porque tenemos el poder de enseñar a amar a nuestros compañeros e hijos. tenemos el poder de amarnos a nosotras mismas.
La primera violencia a eliminar es la que hacemos hacia nosotras mismas.

Me amo y me acepto tal y como soy.

          Reflexión de Elizabeth Pineda, en el día de la no violencia contra la mujer






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